Mariano Gistaín en el Periódico de Aragón sobre La silla de Fernando

Esta peli que consiste en dejar hablar a un hombre sabio, a Fernán-Gómez, resulta un master acojonante, absolutamente incorrecto y a contracorriente, de cómo vivir o cómo desvivir estas vidas que nos van tocando en suerte. Es una peli brutal, sincera, descarnada, absurda. Como la vida misma. Sales temblando de necesidad de pensar. Ahora que están tan de moda los gurús made in Usa hay que ver esta peli brutal como el que se apunta a uno de estos masters de las universidades amerindias. Fernán-Gómez sin cortapisas. En todo su esplendor, sin censuras ni remilgos. Más o menos como ha sido siempre él, auténtico y salvaje. Hay que ver esta peli en toda su crudeza juvenil, como un testimonio sincero de uno de los genios de la independencia de pensamiento de la moribunda España. Todo lo que dice este hombre es incorrecto, inusual, a contrasermón. Es una antihomilía permanente, divertida y espléndida. Fernán - Gómez en su silla hogareña, pontífice del sentido común ya olvidado y traicionado.